Pues después de levantarme a las 05.00 y currar hasta las 14.30, me voy a la guarde, recojo al niño y lo dejo con su abuela
, cojo los trastos y a conducir hasta la zona de pesca.
Una vez allí lo preparo todo, me cambio y al agua. Está asquerosa, visibilidad en superficie de un metro (jodido Ebro) y con mucha guarrería (parece un alga) flotando. Me subo a la plancha y a nadar.
Como casi cada día que voy que sopla viento de mar, tengo corriente en contra, y además hoy un sol de justicia. Llego a la zona de pesca con el corazón a mil y con la sensación de que me va a dar un colapso, me encuentro fatal, tengo muchísima calor. Intento relajarme agarrado al pasador.
Cuando consigo hacer la primera bajada, en el fondo está el agua bastante más limpia, pero el corazón parece que se me va a salir. Al rato consigo relajarme un poco más y cojo la dorada.
Veo algún dentoncete pero no disparo. Y por fin en una espera, nada más llegar al fondo se me acercan dos de unos 4 kilos. No me da tiempo a disparar, pero su comportamiento me hace pensar que volverán. No sé por qué pero lo sé. Sigo la espera y vuelven a ponerse a tiro, pero dudo a cual disparar porque no estoy seguro de cual es el más grande. Se vuelven a alejar y veo que son casi iguales, así que continuo la espera decidido a disparar al primero que se ponga a tiro. Vuelven otra vez directos hacia mi y con un buen tiro clavo el primero en llegar y se viene conmigo. He disfrutado la espera como pocas veces.
Sigo haciendo esperas pero se han ido, y no tengo fuerzas ni ganas con esa agua de cambiar de zona. Así que proa a la orilla y a darle a las patas. Aún queda salir, limpiar el pescado, enjuagar y recoger todo, conducir hasta casa, poner todo a secar y filetear el pescado.
Donde pesco pocos días disfruto del mar, por las condiciones. No es como por ejemplo Baleares, que sólo hacer apnea ya es un auténtico placer. Pero ese minuto y algo en el fondo viendo los dentones venir hacia mi justifican todo el esfuerzo.
Cuando lo pienso me queda claro que los pescasubs no estamos demasiado bien de la cabeza...
