En un parque hay dos estatuas, de un hombre, y una mujer, y llevan muchos años una en frente de la otra.
Una mañana se les aparece un ángel y les dice:
- Como los dos habéis sido unas estatuas ejemplares y habéis deleitado a mucha gente, voy a concederos lo que más ansiáis: La Vida.
Tenéis treinta minutos para hacer todo lo que queráis.
Y al mover el ángel una mano, las dos estatuas cobran vida, las dos se miran, sonríen y corren detrás de unos arbustos.
A los quince minutos, las dos estatuas salen de los arbustos con una gran cara de felicidad...
- Todavía os quedan quince minutos, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿queréis continuar?
La estatua hombre mira a la estatua mujer y le dice:
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Quieres volver a hacerlo?...
- Claro que sí - dice la estatua mujer sonriendo.
- Pero esta vez tú... agarras la paloma y yo me cago encima de ella...